En los últimos años algo ha cambiado en la industria automovilística y se han sucedido diferentes acontecimientos que han provocado una gran polémica y ríos de tinta; y un tedioso proceso de electrificación de los vehículos que tiene un único objetivo, la transición del motor de combustión al eléctrico.
Aunque de todos estos que hemos mencionado, el coche eléctrico es el principal protagonista, presentado como el «gran salvador» de todos nuestros problemas. Aún así, siguen existiendo múltiples desventajas que lo sitúan lejos de hacerse con un amplio hueco mercado, como su elevado precio, su limitada autonomía o la necesidad de un punto de recarga disponible.
Hace poco os contamos con máximo detalle qué tienes que hacer para instalar un punto de recarga de eléctricos en tu garaje, pero hoy vamos a centrarnos en los tipos de recarga que existen en la actualidad, otro de los aspectos más complejos del coche eléctrico. En los últimos años hemos conocido todo tipo de soluciones como las carreteras electrificadas de Suecia o las autopista que recargan los coches de Inglaterra.
Tipos de recarga en un coche eléctrico
Super-lenta: Es muy poco común y apenas se encuentran puntos de recarga de este tipo, la intensidad de corriente es de tan solo 10 A o incluso menos. La recarga completa de un vehículo eléctrico estándar (con una batería de unos 24 kWh) tardaría en completarse entre diez y doce horas aproximadamente.
Convencional: Esta es una de las más habituales, a pesar de seguir siendo un tipo de carga lenta. La intensidad de corriente es de 13 amperios y 230 voltios, es decir, la misma intensidad y voltaje que una vivienda normal. Recargar un vehículo con este tipo de recarga nos llevará entre seis y ocho horas de media, por eso es idónea para llevar a cabo durante la noche […]
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